lunes, 10 de agosto de 2009

Dueña del Ritual


Se llamaba Inge.

~

¡ Tenía una linda cara de gitana !

~

Le gustaba v e s t i r d e
r o j o y

~
navegar al sol.

nadie se salva

Que me falte el aire para respirar o que me falte el alma si la quiere Dios, que me falte un año para envejecer pero que nunca me faltes tú. Que me falte el agua, que me falte el viento, que me falte todo lo que aún no tengo pero nunca tú, no me faltes tú.
Y puedo ser un ciego y
caminar descalzo;
que un millón de brasas lastimen mis pasos pero nunca tú, no me faltes tú. Cómo quisiera pedirle a la madrugada que mañana será triste que no te vayas, que hay un lugar en la vida de esta mujer buena, que tan sólo tú has podido llenar a pleno. Cómo quisiera vestirme de valentía y que no fuera en mi rostro tan evidente y no confesarle a diario a mi confidente que te quiero más a ti que a mi propia vida. Cómo quisiera con mi canto deslumbrarte, y esta canción los oídos acostumbrarte; y hablar con Dios frente a frente, para tenerte por todas mis noches buenas para quererte. Renacería por ti todas mis mañanas; por tí todas mis angustias olvidaría, y gastaría contigo aquellas monedas que desde niño he guardado en una alcancía. Hice de tus oídos mi mejor canción
y haré de tus pasos diarios mi maduración
para que te sientas siempre mi hombre y sientas mi amor corriendo por tu piel.